"Felicísimo Santacruz, el último juglar, bohemio y romántico de Quito".
Dr. Pablo Balarezo Moncayo


¿Ves ese libro blanco en que yo escribo
mis versos para ti?
!No lo cierres! De amor es ese libro
La historia más feliz.

Análisis Literario

Estudio literario realizado a la Obra Poética de J. Felicísimo Santacruz por el pedagogo quiteño Daniel Enrique Proaño (1850-1943). 


Mi Opinión

Difícil es justipreciar el grado de mérito de una colección de versos publicados por cualquier Autor, y más todavía, cuando este vive en el corazón del opinante por el cariño; cuando ambos a dos se han alimentado con la savia de la constante amistad; cuando la juventud de ambos se ha calentado con el mismo sol de la ciudad natal; cuando recuerdos pasados recrean todavía las vidas de amigo, como deliciosa música; no es posible, digo, con semejantes antecedentes, tornarse en juez crítico, dar fallo imparcial y manejar la balanza de Aztrea con la escrupulosidad de los tiempos de la edad de oro. Pues todo esto constituye una red de emociones de sentimientos y de cariño que aprisionan las facultades y le quitan la rectitud de criterios, la imparcialidad de juez y aun la saludable crueldad del cirujano, que corta sin compasión, lo dañado del cuerpo de la poesía para salvar la parte impoluta de la misma. En una palabra: para juez imparcial, para crítico de composiciones poéticas, e que es amigo no puede serlo, porque es parte interesada.

Y en este trinquete hame venido a colocar mi apreciable amigo el Sr. J. Felicísimo Santacruz al obligarme que emita mi opinión sobre el mérito de su colección de versos que con el rubro de "Páginas Blancas" ha puesto en mis manos.

Además alguien a ha dicho, y con sobra de razones, que solo un poeta puede juzgar la obra de otro poeta; y yo no soy más que pedagogo. Y así mismo debe ser , porque si en la naturaleza física hay fenómenos inabordables a la inteligencia humana; misterios a cuya orilla no se puede aproximar sin ponerse en peligro de resbalarse a los abismos; ¿ qué diremos en tratándose de estudiar el mar sin fondo del corazón humano, donde las andas bramadoras y turbulentas de las pasiones se agitan sin tregua? Mar de sentimentalismo, mar de misterios escondidos todavía entre las armonías de la expresión humana, es la poesía: donde solo la clarividencia del que siente y percibe como poeta puede descubrir su verdad. Porque intentar, proponerse a juzgar del mérito de una poesía con el juicio severo, glacial y seco de un filósofo; con la austeridad acompasada del matemático; con las escrupulosidades pueriles de un gramático, especialmente tocado de la locura del purismo, que en vez de hacer hincapié en la belleza del fondo, se detiene y entreniene en espulgar defectillos de forma; hacer hallazgos de nimios descuidillos de dicción o construcción; querer, decimos, con instrumentos de tan diminuto alcance penetrar y hasta mesurar la altura de la inspiración poética: es decir Dios exteriorizado en la belleza ideal que llamamos poesía, no me parece racinal ni justiciero tan insensata pretensión.
¿Cómo, pues, emitir mi opinión acerca de las poesías de mi señor amigo?
La emitiré como pedagogo. Para que las composiciones aludidas sean poesías basta que expresen la belleza ideal, concebida y sentida con corazón de poeta y exteriorizada en forma artística.
Y las del Sr. Santacruz lo son. Encuentro en ellas un sentimentalismo que hace ver cuanto sufre su corazón y expresado con sencillez admirable, como se echa de ver en sus versos:

Yo canto como canta
El ave de los bosques
Por natural instinto
..............................
Preciso es que del alma
Los sentimientos broten;
Es ley inexorable
Sufrir, pensar .......
...............................
Jamás en su aislamiento
EL desgraciado ríe
Por acallar acaso
Los gritos cuando gime.

Si las imágenes bellas son el hermoso velo de la virgen poesía, la siguiente estrofa pone en claro el excelente gusto poético de mi amigo:

Corre triste mi existencia
Como entre sombras y abrojos
Turbio río;
............................................
Y crece en árido valle
este aquí que yo cultivo,
Corazón;
............................................
............................................
Mi juventud se desliza
Bajo un cielo que es su cielo
Sin bonanza!

La poesía titulada "Resonancia" tiene bellezas como éstas:

Saltando aéreo sobre las flores
El quinde luce, siempre vivaz,
Sus irisadas plumas brillantes
Como un ensueño de mi hondo afán.
.......................................................
.......................................................
Allí unos niños carialegritos
Alzan las manos pidiendo pan!
Allí se escuchan rumores leves,
Y una plegaria que al cielo va.
...............................................
...............................................
Ladra en la choza, recorre el patio,
Otea el suelo de la heredad
El noble perro que es de sus amos
Amor, caricias, fidelidad.

Y en los arrebatos del entusiasmo manifiesta el poeta su verdadera inspiración:

Ascender es sufrir! Dios se sublima
En el campo triunfal de la victoria:
A los cielos cercana está la cima
Y es su luz el reflejo de mi gloria.

En su composición "Artífice", exclama:

Mi libre inteligencia se enardece
Y entre las llamas de su afán zozobra,
Cuando admiro al artífice en su obra
Y a Dios en lo que existe y resplandece
Insectillo! geómetra profundo,
Dame esas hebras (hablando de la araña) para atar un mundo

Estas pocas líneas son más que suficientes para mostrar que el folleto "Páginas Blancas" es muy apreciable colección de poesías, a las que bien puede añadirse el recomendable Epicedio a Paul Verlaine, que acaba de publicar mi amigo y que tiene estrofas como ésta:

Tu socrática lira, mecida
Por nerviosas corrientes de fuego,
Da al dolor sus acentos de vida
Y a las flores del Arte su riego.

Siento no poder disponer de algunas horas libres para hacer un estudio detenido de las composiciones de su colección, en las que , valga la franqueza, hay algunos errores de concepto indispensables ante la razón severa, ante la lógica rigurosa, pero que para el concepto poético no solo pasan sino que tiene carta de naturaleza.
Dando de mano a esos lunarcillos, merece mil felicitaciones nuestro laborioso compatriota y se las damos muy cordiales por su simpática colección a la que bien merece añadirse así mismo "El Ferrocarril" que tiene hermosas estrofas como ésta:

..............................................
..............................................
Las líneas paralelas
No se tocan jamás, ilimitadas,
En formas de tus rieles,
Avanzan como avanza el pensamiento;
Y el humo, en nacaradas
Nubes de eterna aurora
Se envuelve co la luz que allí atesora
El sol del porvenir en su ardimiento

Ese volar ferviente
De tu vivir hacia el sereno espacio,
!Ferrocarril! es otra hoguera ardiente,
Otra llama también de tus afanes;
Entre el cielo y la tierra tu palacio,
Palacio de titanes,
Aéreo ostenta en su correr rugiente
Su ya dejada huella en los volcanes.


Quito, Mayo 24 de 1911

Daniel E. Proaño.


(Transcripción del manuscrito original que reposa en la Biblioteca Ecuatoriana Aurelio Espinoza Pólit) 

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